18 | 12 | 2022 por Matías Muñoz - Fotos por Marco Avilez
Desde 2018 que la banda no se presentaba en vivo. Aún así, la máquina estaba aceitada y en perfecto estado para brindar una demoledora fecha al cierre del año. Y es que entre tanto ruido y bruma, el grupo no dejó de lado su humanidad ni humildad, tratándose además de una fecha más que especial: Carlos, su guitarrista, deja el proyecto.
Baikonur es una de esas bandas que parecieran estar insertas en el imaginario de culto de la escena de post rock local, compartiendo en sus inicios con nombres como La Bestia de Gevaudan o Meridiano de Zürich, veteranos compañeros de ruta musical. Sin embargo, lejos de la frecuente actividad de algunos de esos nombres, Baikonur mantuvo siempre un bajo perfil y una agenda en vivo que se puede contar de a poco. Así, tras las promociones de "¿Quién Vigila al Hombre Cansado?" (2013) y su último álbum "Nihil Per Saltum" (2018), la banda se ha presentado en contadas ocasiones en Chile y también el extranjero. Lejano se ve ya su útimo show en MiBar en 2018 antes de que el estallido social y la pandemia acotaran los espacios para encontrarse. Sin embargo, el grupo no guardó silencio. "Blackout" Session sería su último acercamiento en directo.
La jornada del viernes 16 prometía por expectativa y curiosidad. El grupo se presentaría tras años de silencio y por supuesto no defraudó. Y es que la fecha en sí era especial. Días antes de anunciar su regreso a los escenarios, la banda informaba que sería el último show del fundador Carlos Astorga, guitarra y columna del grupo. Pasadas las 21:00 horas, Francisco Juacida, el encargado de abrir los fuegos en Espacio del Ángel dio inicio a su set cargado de teclas, perillas y luces. El músico despachó una constante de ambient y electrónica, un poco orgánico y en clave paisaje sonoro. Son aquellas construcciones a ratos volátiles lo que más destaca del músico quien, con calma, construía melodías sin dar espacio al silencio. Resulta curiosa y acertada la elección de Juacida como acompañante en una fecha que prometía totalmente lo opuesto, ya que su proyección y ejecución -muy bien recibida por el público- mantuvo una tensión constante.
Baikonur saltó a escena y no se guardaron nada. Sin mayor introducción que la intro con la voz de Don Francisco en la mítica presentación de Necrosis, partió "Cuestiones Positivas", una de las canciones de culto del grupo. Así, descargaron su potencia sin vacilar y se pasearon por gran parte de sus dos álbumes. Es notoriamente increíble cómo la banda condensa lo denso y directo de su sonido con pasajes más atmosféricos y ambientales. Gracias a una correcta ejecución y sonido, fue posible percibir aquellos detalles que hacen del grupo una propuesta que se desmarca del tradicional post rock y post metal. Así, los golpes secos de los compases que explotan en canciones como "Punto Jonbar", "Karellen" o "6025 Días sin Luz", se sentían furiosos y filosos. Rápidamente desfilaron las canciones más punzantes de su catálogo, protección auditiva mediante. Sólo aquello bastó para una percepción y recepción que prendió a más de uno en el Espacio del Ángel, un nuevo y céntrico espacio para la música en vivo en pleno Santiago.
Era el momento de las despedidas y tras la bruma, el juego de iluminación que dejaba a la banda a contraluz y el constante golpe de riffs, se abrieron los micrófonos: Carlos Astorga, guitarrista del grupo, anunciaba que sería la última vez que se subía al escenario junto a sus compañeros. Junto a la sorpresa de algunos, felicitaciones y palabras de aprecio de sus colegas, la banda se mostró emocionada y se abrió por primera vez ante esta ocasión especial. Con ese impulso anímico y emotivo, completaron su set con "Auguri", "Versus Kasparov" y el "Fin de la Infancia", antes de anunciar el fin. Tras un breve receso, el grupo se dio el lujo de presentar por primera vez nueva música. "Mechanisma" es el título de un adelanto de lo que será un próximo EP de la banda y que se encargó de cerrar la noche.
¿Por qué creemos que Baikonur puede elevarse como una banda de culto en la escena de post rock? Su disciplina y rigor han hecho que cada una de sus presentaciones dejen gratas sensaciones tanto en el público regular de la banda como en quien se los enfrenta por primera vez. Todos quedan con ganas de más y pese a que es uno de los grupos más ruidosos del circuito, la recepción es siempre notable. Ese impulso ha demostrado que Baikonur ha sabido, a pura actitud sobre el escenario, ganarse un espacio y más vale que esos amplificadores no pasen demasiado tiempo en silencio.