29 | 06 | 2022 por Lucas Verri
Una sensación etérea, voces femeninas angelicales cargadas de nostalgia y una atmósfera contemplativa es lo que predomina en el último lanzamiento de la agrupación oriunda de Medellin. "Amar y Perder" es el cuarto álbum del trío colombiano y la sexta entrega contando los dos primeros EP. Los casi 15 años de trayectoria de la banda se hacen notar en la maduración del sonido que han ido logrando fruto de la experimentación en sus primeros trabajos.
Fluyen dentro de una atmosfera donde es difícil ser tajante en cuanto a qué género pertenecen y agruparlos en un estilo predeterminado parece ser una tarea demasiado simple para definirlos dentro de una categoría. El trío colombiano con base en Medellín conformado por Sara Rodas, Pablo Ángel y Alejandro Bernal combina el uso de software con la armonía de las guitarras eléctricas y los teclados, construyendo con éxito un sonido particular y llamativo. Sin duda hay muchos significados delicados dentro de la lírica, que dan perspectiva a un ambiente contemplativo y de reflexión interna reposada.
Una sensación etérea y voces femeninas angelicales fluyen intangible y livianamente entre diversos estilos musicales combinando el pop, la electrónica y a veces el rock, siendo difícil de distinguir dónde comienza uno y termina el otro. El bajo marca su presencia y se hace notar con sutileza, los teclados inundan la obra con solidez y empapados de delay. Por su parte, la voz expresa una profunda melancolía y la lírica invita a la reflexión reposada. Si bien en la banda se perciben influencias marcadas de estilos como el synthpop o el new wave y también de artistas como David Bowie o New Order. El sonido que construyen es totalmente orgánico y propio, es música que sale de las entrañas, música visceral que evoca simbolismos que hacen llamado a la introspección y a la búsqueda personal.
"Cúmulos" es la entrada al álbum del trío colombiano, track que se percibe justamente como una invitación etérea a ir más allá y adentrarte en el universo de significados del disco. El mensaje de bienvenida es hecho con un alto delay en los teclados en ondas simples y repetitivas, que indican que lo importante no está ahí sino en lo que se está expresando a través de las palabras. La lírica con sentimientos de ausencia o pérdida se hacen notar de manera evidente por primera vez en la segunda canción “Te pierdo”. Esta canción si bien tiene una atmosfera nostálgica, nunca deja de tener ese elemento electrónico que lo hace bailable y hasta enérgico a momentos.
La llegada a algo más tangible lo brinda “Flores al Viento”, con una letra que hace más evidente la sensación de carencia y el dolor de no poder olvidar. Es la tercera canción en el álbum, sin embargo, ya se había lanzado de forma independiente a finales del 2021. La sutileza en la voz hace que se convierta en una obra muy dulce, algo que podría estar de fondo mientras uno se adentra en los propios recuerdos y reflexiones.
En "Un Fantasma" existe un ambiente mucho más evocador de optimismo a pesar de las intrigantes palabras que va utilizando Sara Rodas. Ambiente que se evapora con la vibra desértica y desolada de "Nimbo", que se expresa a través de una especie de minimalismo electrónico. Por su lado "Cenizas" es el segundo track lanzado de forma anticipada, teniendo incluso un videoclip estrenado el 22 de abril de este año. "Cenizas" es probablemente uno de los pilares del álbum, resolviendo de una forma más extensa y reposada la sintonía entre los sonidos.
El “Quemarlo todo para poder verlo” de la canción "Águilas" expresa bastante bien lo que quiere transmitir el disco, una frase abstracta pero a la vez directa que busca transmitir al auditor una añoranza al recuerdo, pero a la vez es un llamado al levantamiento, a la rebelión personal. Pulverizarlo todo y de esa forma poder mirar el presente con otra perspectiva. "Águilas" tiene un magnetismo de especie casi ritual, el fuego purificador, el sacrificio de quemarlo todo para poder ver con más claridad.
"Amar y perder" es más literal, se hace más transparente el significado, implementa una rítmica constante y repetitiva que entabla un armonioso diálogo con la pesadumbre, profunda nostalgia y a la vez dulzura y suavidad que expresa la voz, como una completa sinergia entre estos elementos. Es una obra en la cual nos están entregando profundos significados a través de la nostalgia o la reflexión pero sin perder el elemento bailable y frenético que lo convierte en una obra dicotómica integral.
Por su parte el ultimo track y cierre de este álbum es "Futura Memoria", la cual es la tercera canción en haber sido lanzada de forma independiente al álbum. El nombre en sí es una incongruencia digna de algún libro surrealista, el cual pinta de manera certera lo que es la mística del álbum. Las sensaciones, sueños y recuerdos que muchas veces se entremezclan a la hora de construir nuestra percepción, muchas cosas creemos recordar, pero todavía no han pasado. Tener melancolía acerca del futuro y evidenciar lo relativo, intangible, etéreo y muchas veces subjetivo que suele ser el tiempo para nosotros los humanos.