23 | 02 | 2021 por Jorge Cortes
La mañana del 22 de febrero del 2021 será recordada por una agria sensación al desayuno que dejó indiferentes a pocos. El dúo parisino mostraba un video en youtube llamado”epilogue”, cuyo contenido son escenas del video Veridis Quo publicado hace unos años atrás. Sin embargo lo que más llamó la atención fue el mensaje como sacado de una lápida: 1993-2021. Un alegre optimista podría pensar que se podría estar anunciando un greatest hits que repasara sus casi 30 años de música, pero sería caer en una negación sin aceptar lo evidente. Daft Punk se separa y dejará de publicar trabajos de estudio, esa es la realidad, algo que no hacían desde Random Acces Memories (2013). ¿Por qué importa tanto ahora si hace rato no sacaban un disco de estudio? Bueno, ahora el final es un hecho, antes perfectamente podía ser solo un hiatus u otro silencio discográfico.
Tras el mensaje “1993-2021” se comete una injustica de redacción inconsciente ya que es como poner una fecha de elaboración y vencimiento a cualquier alimento perecible. El guión en medio de ambos números es la vida misma del dúo. En ese guión se escribieron álbumes que viajaron por el mundo entrando a pubs, discoteques, mp3, walkman, todo aquello que pudiera reproducir un disco.
Hablar del legado de la banda es algo que en realidad puede hacer cualquier medio musical especializado dirigido por melómanos, así que entrar en ese tema sería reiterativo. Sin embargo, es bueno señalar el valor experimental de la banda que se atrevió a sacar la música electrónica de las pistas de baile y llevarla a la intimidad de una sala de estar. Valentía también es vivir del trabajo musical y no del rostro que hace el trabajo musical. Cabe recordar que en los 90s la industria era dominada por bandas de chicos lindos (bueno, aún lo es) que bailaban canciones que ni siquiera componían y que de vez en cuando, aparecían en revistas de moda juvenil vendiendo la imagen de sex symbol sensible. Ser bonitamente aceptable dentro de los cánones de la industria era algo que sumaba puntos y que sumaba ceros a las cuentas bancarias de todo artista. Es en esa época en donde esta agrupación apuesta por usar máscaras. Para cierto sector más rupturista fue una cachetada a la parte visual de las discográficas: “Disfruta mi arte, no mi rostro” ese podía ser el mensaje, la insignia de querer refundar una industria que cae cada vez más en vender lo estéticamente bello antes de vender valor musical. Así que no, no eran necesarios sus rostros, era necesaria esa energía quinésica que hacía a los más tiesos tener espasmos musculares involuntarios al ritmo de sus canciones, actividad que los más agraciados en mover el esqueleto llaman simplemente bailar.
Lo bueno del guión entre ambos números es que nada se puede borrar y ahora solo queda escuchar y re escuchar sus 4 álbumes de estudio y refugiarnos en los memes que deja esta amarga despedida.
Estén donde estén, ojala la banda sepa que alrededor del mundo se les extrañará y que si tenemos suerte, con el pasar de los años, los veremos volver como la leyenda del fénix, una vez más.
“Resiste si el amor es la respuesta que sostienes”
Simplemente gracias.